viernes, 6 de septiembre de 2013

La Separación de Poderes desde la perspectiva de los gobedanos II

(Nota: Este blog debe ser entendido como el desarrollo y presentación de una idea, por ello, si es la primera vez que lee sobre Democracia Participativa Gobedana, le recomiendo comenzar por la primera página del blog y continuar desde allí)



Pag. anterior                     pag. siguiente


Para poder responder a las preguntas que nos hacíamos al final de la
entrada anterior, lo mejor es que retrocedamos hasta una forma más primitiva de Estado. En una sociedad de cazadores recolectores, formada por unas pocas familias, y por tanto, sin Estado, podemos distinguir entre lo privado, que es el ámbito de lo familiar, y lo público que se puede definir por exclusión como lo que está fuera del ámbito familiar. En ese ámbito público existían algunas de las funciones que ahora desarrollamos de manera muy complicada, pero ellos las vivían de una manera muy sencilla. Con la aparición de la agricultura llega el feudalismo y el Estado se apropia de todas las funciones que considera importantes para su supervivencia.
Imagínemonos en una mañana soleada de finales de Agosto, acompañando al señor de un pequeño feudo junto con algunos de sus familiares, para recoger su parte de la cosecha de trigo. El señor feudal se para ante las casas de los aldeanos y estos le entregan una parte de la cosecha. Tal vez usted este influido por la mala prensa que tienen los señores feudales e la actualidad y crea que es un holgazán sin oficio ni conocimiento alguno; ciertamente puede que no sepa como arar o criar un cerdo, pero de un solo vistazo es capaz de saber cuántos sacos de trigo se van a obtener de cada parcela de tierra en su feudo ese año. De manera que cuando un aldeano le ofrece una cantidad inferior a la que él había calculado, se baja del caballo y se lía a patadas con el aldeano. Aquí tenemos los conocidos tres poderes desplegándose en unos pocos segundos ante nuestra escandalizada mirada. El señor feudal dice cuanto trigo se le ha de dar por la cosecha de ese año, que sería poder legislativo, él mismo decide que no es la cantidad correcta la que se le entrega y el castigo que se ha de aplicar, poder judicial, y, por qué no, el mismo le propina al aldeano una paliza, eso es poder ejecutivo. Pero nadie sería capaz en aquella época de diferenciar nada de esto. Tuvo que ser, más tarde, cuando el feudo se hace más grande transformándose en reino cuando estas funciones empiezan a ser aplicadas por personas distintas en nombre del rey y más adelante en nombre del "pueblo". Las funciones ya existían pero fue una variación del entorno, en este caso el tamaño del territorio, el que forzó la separación de las funciones; es evidente que un reino no puede ser atendido de manera eficiente por una sola persona. Las soluciones al problema del tamaño son reconvertir las familias feudales en nobles delegados del rey, incluso nombrar virreyes, o nombrar personas especializadas en funciones concretas, que es de lo que estamos tratando aquí. En la práctica lo que se hizo fue una mezcla de ambas cosas.
Ahora podemos preguntarnos si no hay más poderes esperando a mostrarse. Por supuesto que los hay, de hecho son incontables, incluso algunos están a la vista de todos de manera ostensible, pero como no los nombró Montesquieu, parece que no existieran. Uno muy evidente es el poder de "Representación" que en los países monárquicos democráticos suele estar diferenciado y separado de los demás y que ejerce el rey. En los países presidencialistas, por el contrario, está enmascarado, eclipsado por el poder ejecutivo, ya que los ejerce la misma persona. Esto crea mucha confusión e ineficiencia, dispersando el tiempo y la energía del Presidente. Para frustración de los republicanos, es un buen argumento en favor de la monarquía el que la representación de la nación se ejerza de manera separada del poder ejecutivo. Y créame la representación es una ocupación muy absorbente que en demasiadas ocasiones los presidentes tienen que delegar en la Primera Dama o el Vicepresidente... pero no resulta tan eficiente como mandar al Rey a una inauguración, a recibir la visita de una autoridad procedente de otra nación o a una ceremonia al otro extremo del mundo. Un rey descarga de trabajo al ejecutivo asumiendo la representación y si es ejercida de manera eficiente, puede ser muy conveniente.
Otro poder igualmente a la vista por el que suele haber una lucha feroz, es el poder de socializar. Socializar consiste en hacer lo necesario para transformar a un niño en una persona capaz de vivir en sociedad, es decir, que el niño interiorice el acervo de conocimientos, normas de comportamiento y prejuicios varios de esa sociedad, incluida alguna habilidad que le sirva para hacer un aporte productivo. La función socializadora, no hace mucho, saltó en parte desde el hogar, por razones que en algún otro sitio explicaremos, a la escuela con el nombre de educación. Primeo comenzó siendo la facultad de educar solo religiosa, como ahora en los países árabes, pero pronto los gobiernos se dieron cuenta de el enorme poder que comportaba crear la mente de los niños, de manera que se ha convertido en un asunto de vital importancia controlar ese poder. Las ideologías fascistas, conscientes de que en un sistema educativo plural tendrían problemas para prosperar, ponen mucho empeño en controlarla, el ejemplo más cercano lo tenemos y Cataluña, Vascongadas, y no solo ellas, donde su control es tal que hasta prohíben que los padres decidan el idioma en el que deben ser educados sus hijos. Pero allí donde no es impone el control estatal y el poder educar se privatiza, el poder de educar se convierte en un campo de batalla despiadado, por el que lucha no solo los partidos políticos, sino también, los sindicatos de clase o no, las organizaciones religiosas, las empresas privadas de educación, incluso, las editoriales de textos. 
La división de una función dando lugar así a la aparición de más funciones, se hace evidente cuando pasan a detentarlas otras personas. Por ejemplo, pensemos en el poder judicial. El poder judicial se encarga de administrar la justicia y administrar justicia quiere decir aplicar las leyes. Simplificando, al menos dos cosas deben hacerse para ello, primero determinar si hay delito y, de haberlo, cuál es el castigo aplicable dentro del margen que prevé la ley en ese caso. Esto es algo que en algunos países y tipos de juicios ya no recae en su totalidad en el juez sino que es un jurado popular el que determina la culpabilidad y es el juez quién determina la pena. Se podría decir que el poder judicial queda dividido en "poder determinativo", por darle un nombre, en manos de una representación de la ciudadanía, el jurado, y "poder sancionatorio", no se me ocurre un nombre mejor, que seguiría en manos de los jueces. Cómo puede verse, los poderes tienden a saltar de unas personas y grupos a otros, con frecuencia dividiéndose, es entonces cuando tomamos conciencia de su existencia.
En una Democracia Representativa Gobedana estas divisiones posiblemente se acelerarían y los poderes actuales tenderían a desdoblarse con rapidez. Así también, el poder legislativo puede dividirse en la función de proponer las leyes, discutirlas y redactarlas y la de, finalmente, aprobarlas. Seguro que se pueden hacer más diferencias, pero con estas nos vale para exponer la idea. En la medida que los gobedanos del futuro puedan intervenir en la función legislativa pero seguramente no con la misma facilidad en cada uno de estos aspectos, se pondrían de manifiesto los matices dentro del poder legislativo. En cuanto al poder ejecutivo, el hecho mismo de que se divida en ministerios ya nos da una idea de la manera en que este poder puede terminar dividiéndose. Pero también podría dividirse atendiendo a aspectos como la capacidad del ejecutivo de nombrar cargos, que en muchos casos le correspondería a los gobedanos del futuro. Es posible que alguien escribiese en un futuro sobre la conveniencia de aumentar el "poder nominativo" de los gobedanos, en referencia a que estos pudiese nombrar más cargos al margen del poder ejecutivo propiamente dicho. También es posible que en un futuro, si los ciudadanos van a intervenir en alguna medida dentro de la actividad del poder ejecutivo, se diferencie entre la decisión de ejecutar un proyecto, ya sea mejorar el rendimiento escolar o evitar el embarazo adolescente, por ejemplo, y la ejecución de dicho proyecto, de manera que hablaríamos de "poder decisorio" y "poder de ejecución". Ciertamente improviso estos nombres a medida que escribo ya que sólo trato de poner ejemplos, no se lo tome a mal, otros inventaron lo de "miembras" y estamos a tiro de que una nueva legislatura socialista "convenza" a la Real Academia de que consagre la palabreja.
Otra función es la religiosa, que a su vez englobaba muchas funciones. En muchas sociedades está fundida con el Estado, y no hay que irse al antiguo Egipto para poner un ejemplo, las monarquías como japón que, donde al Emperador hasta hace no mucho se le consideraba un dios o el Reino Unido, donde la Reina es la autoridad suprema de la Iglesia anglicana. No digamos en países como Israel donde proliferan los partidos fundamentalistas religiosos o Marruecos, donde el monarca es la máxima autoridad religiosa y, en general, en todo el Mundo Árabe donde quieren gobernase siguiendo el Corán y donde no es extraño que gobierne un Ayatolá. Aunque si lo pensamos detenidamente no debería escandalizarnos, en occidente hasta hace poco quedaban partidos que conservaban el nombre de "Democracia Cristiana". Incluso en la fallida Constitución Europea algunos eurodiputados lucharon denodadamente durante su redacción por que se incluyese una mención en ella a la divinidad. Aunque la religión pretende ocupar la función de facilitar o intermediar en la relación de las personas con Dios o los dioses, con el más allá o con lo que sea, en fin, usted ya me entiende, lo cierto es que tiene muchas otras funciones que nada tienen que ver con lo divino y son muy terrenales; funciones que, poco a poco, se han ido desgajando del control religioso. Por ejemplo, en la antigüedad la función de comunicar prácticamente la ejercían las iglesias en toda Europa mediante los sermones dominicales. La religión es un auténtico vivero de funciones o poderes, es por ello que existe en algunos momentos sentimientos antirreligiosos tan exacerbados, precisamente para justificar el arrebatarles estas funciones y no solo para hacerse con sus posesiones o sus rentas. Por ejemplo, la religión creaba en gran parte la moral de los individuos, quien tiene derecho a mandarle, lo que pueden o no desear y los sentimientos que son o no lícitos. Es, por decirlo de una manera divertida, el reciclaje de la educación o la comedura de tarro cotidiano, como si lograsen poner un enano dentro de nuestra cabeza que no dejase de hablarnos de como debemos ver el mundo, jaja. Es un poder tremendo, que tiene que estar muy acorde con las necesidades de los gobernantes, ya los ejerza una iglesia organizada o se deriven a otras instituciones. Por ejemplo en la actualidad las ONGs tienen una lucha con las iglesias de todo el mundo por decirnos como debemos sentir y pensar. Por si acaso los gobernantes financian a ambas para ponerlas a su favor. Incluso en el caso de los gobiernos de corte fascistas como el separatista catalán actual, ellos mismo se convierten en sacerdotes, o moralistas, y dictan directamente de manera específica que debe sentir y pensar un "buen catalán", de la misma manera que los nazis y comunistas decían que era ser un buen Alemán  o un buen comunista. El nacionalismo vasco lleva las cosas más lejos y decide a quién hizo Dios vasco, para lo que recurren a la genética, jaja. Puede que no seamos muy conscientes de ello pero hay una auténtica lucha por todos los poderes que estaban incluidas en la religión, y que sólo de manera muy lejana tienen que ver con eso que llamamos Dios, y de quién lo único que podemos afirmar con certeza es que está muy promocionado. Todo este desplazamiento del poder religioso hacia las ONGs, por ejemplo , se nota en el paralelismo de su lenguaje, que aunque intenta ser distinto hacen referencia a las mismas cosas, por ejemplo donde la iglesia habla de "caridad", las ONGs hablan de "solidaridad", esto no es más que la manera de hacer caja con el sentimiento biológico de ayudarse entre miembros de la misma especie entre los animales sociales. Se podría decir que ONGs e iglesias compiten por el mismo mercado. 
En otras ocasiones ciertas funciones  han saltado del Estado y de las organizaciones religiosas a las empresas, no a la ciudadanía propiamente dicha, me refiero a la función de informar a la población. Dicha función, es absolutamente imprescindible que esté en control directo de quienes gobiernan en las dictaduras y en las monarquías absolutas. No quiero decir que no intenten controlar la comunicación los gobiernos democráticos ni que no lo logren en ocasiones, me refiero a que no la controlan de manera estable, ni por ley. Y como todo esto es dinámico, estamos viendo como gracias a la tecnología la función, o poder, de comunicar, se está moviendo, en parte, hacia los propios ciudadanos, lo que va a facilitar mucho las Discusiones Públicas futuras.
A propósito de las comunicaciones, todos sabemos que nadie puede aspirar a gobernar sin poner una parte suficiente de las empresas de comunicación de su parte. Su capacidad de influencia es tal que a la prensa y, en general, a los medios de comunicación les damos el nombre de "Cuarto Poder". Esta función de comunicar, que confiere tanto poder al que la desarrolla, seguirá siendo muy importante en la Discusión Pública en una futura Democracia Participativa Gobedana de modo que tendremos que hablar sobre ella más adelante.
Por último mencionar que delante de nuestras narices alguien es capaz de apropiarse de todos los poderes. Me refiero, por ejemplo, a que en uno de esos mercados medievales a los que llamamos ahora centros comerciales, se suspenden las leyes nacionales, y como sucedía en los mercados medievales allí rigen las normas de los comerciantes, estoy exagerando claro, jaja. Pero no me negará que los gestores del un centro comercial tienen su propia policía, hacen registros a la gente, incluso tienen sus propios centro de reclusión y, por supuesto, hacen sus propias leyes internas a las que la gente tiene que someterse, algunos incluso imprimen su propio dinero. Ah, y me olvidaba de como las organizaciones que agrupan a clubs deportivos, nacionales o internacionales, son las que deciden si un comportamiento es sancionable o no al margen de las leyes estatales. Reconocerá que es chocante que una asociación deportiva sea sancionada por el comportamiento xenófobo de los asistentes a un partido de fútbol. Quiero decir que esto es algo que debería decidir un juez; pero por lo visto estas organizaciones se han vuelto tan poderosas que son capaces de hacerse con una parte del pode judicial.
ya ve que el tema es tan extenso que apenas lo hemos arañado, lo más que podemos decir es que los poderes son muchos y algunos aún permanecen desconocidos, tienden a separarse y juntarse y, como era de esperar, pasan de unas personas e instituciones a otras.

Pag. anterior                      pag. siguiente